Hay miles de mujeres que cada día mejoran el mundo, pero todavía hoy no las vemos en las portadas de ningún diario ni figuran en los libros de texto. Siguen a la sombra de una sociedad dominada por grandes líderes, la mayoría hombres. Estas mujeres son amas de casa, profesoras, enfermeras, médicos, ejecutivas, activistas…. que no tienen la visibilidad que deberían, pero que contribuyen a mejorar la vida de muchas personas. Este es el caso de 5 mujeres que luchan con todas sus fuerzas para mejorar la vida de los refugiados en la actualidad.
Irene lleva 14 años refugiada en Liberia. Llegó desde Costa de Marfil después de que, en 2002, los rebeldes matasen a su padre y le disparasen estando embarazada de 7 meses. Milagrosamente, ella y el bebé sobrevivieron y desde entonces no ha dejado de soñar.
Con la ayuda de ACNUR, Irene ha montado un taller de costura para que mujeres como ella puedan ser autosuficientes económicamente. Entre todas, ya han empezado a vender ropa.
En una remota localidad de la República Democrática del Congo llamada Dungu, mujeres y niñas liberadas de los secuestros del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) han encontrado el cariño y protección que necesitan. Angelique Namaika es una monja congoleña que ha dedicado más de 10 años de su vida en dar a las mujeres víctimas del LRA el cuidado y herramientas necesarias para volver a ser autosuficientes tras años secuestradas.
Angelique vivió el horror en primera mano, lo que le motiva cada día a coger su característica bicicleta para llegar hasta allí donde se necesite.
La hermana de la nadadora del Equipo Olímpico no tuvo la misma suerte y no por falta de talento. Una lesión en un hombro agravada intentando cruzar el Mediterráneo truncó su carrera profesional, pero no perdió su motivación.
Cuando le contactaron desde el Centro Internacional de Respuestas a Emergencias que trabaja rescatando a refugiados en la isla griega de Lesbos, hasta dónde ella llegó a nado empujando una barca con 18 personas, no se lo pensó.
Ahora trabaja como socorrista voluntaria en las costas de Europa ayudando a quienes le recuerdan, cada día, por lo que un día ella pasó.