Las hijas de la República

Devotas de Vesta

Durante la Antigua Roma, la vida de las vírgenes vestales eran muy diferentes a la vida de cualquier mujer romana de su época . Las vestales eran sacerdotisas que rendían culto a Vesta, la diosa virgen del hogar. Este estatus social y religioso era un gran honor tanto para las mujeres como para sus familias.

Las vírgenes vestales, las sacerdotisas que guardaban el fuego de Roma

El pontífex maximun era el encargado de llevar a cabo la selección de estas mujeres. Este, elegía a muchachas nobles entre un rango de edad de 6 a 10 años generalmente. El servicio duraba treinta años, siendo los 10 primeros dedicados al aprendizaje. Seis doncellas eran las encargadas de vigilar día y noche el fuego sagrado de Vesta y asegurarse de que la llama sigue viva en todo momento.

Esta llama era el símbolo de Roma, pues los romanos creían que si se apagaba, habría terribles consecuencias para todos sus habitantes. Es por esto la razón de los severos castigos vestales que desatendían sus obligaciones. El hecho de que sean vírgenes representa la castidad romana.

Representación de una Virgen Vestal llevando el fuego de Roma en su mano

Si una sacerdotisa rompía su soltería y perdía su virginidad, ponía en peligro la salud de la ciudad. Su castigo era la muerte y las enterraban vivas en una cámara subterránea, pues derramar su sangre estaba prohibido. La más famosa de ellas es una vestal llamada Marcia, que murió en el año 114 a.C.

La devoción de las vírgenes vestales al pueblo de Roma se premiaba con privilegios, pues al mínimo tacto o roce de alguna de estas vírgenes con un preso o con un esclavo, se les liberaba de todo castigo solo con tocarlos. Durante la República Romana, las devotas de Vesta gozaron de privilegios y libertades que carecían las mujeres solteras de una origen social similar: eran libres de toda custodia masculina y eran las gestoras de sus propiedades.

Emperador Teodosio I

Todo cambió cuando el emperador Teodosio I tomó el poder en 394, extinguió el fuego tan preciado y disolvió a las devotas.

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